Alergia al frío
Tenemos tres hijos Mariana, Raúl y Luciano y vivimos en la Ciudad de Tijuana, B.C.
No sabíamos nada de alergias simplemente habíamos escuchado que podíamos ser alérgicos a ciertos alimentos, sin embargo cuando Raúl tenía cinco meses de nacido comenzó con tos y gripa. Después de tanta medicina y sin obtener resultados el pediatra nos comentó que mi hijo sufría de alergias. Siguiendo sus indicaciones quitamos las alfombras de las recámaras, cambiamos las cobijas y constantemente estábamos nebulizando a Raúl, hasta que nos dimos cuenta que no eran las alfombras ni las cobijas lo que le afectaba, era el frío de Tijuana.
Fue cuando empezamos a saber lo que eran a las ALERGIAS.
En consecuencia procurábamos no exponer al niño al frío y dormía con gorro, chaleco, los pies muy tapados y las ventanas las cubríamos con cobijas (para evitar que el frío le llegara al niño) o de plano dormía con nosotros para darle calor.
Acostumbrados a vivir así, nació Luciano, nuestro segundo hijo, y se volvió a repetir la historia: cuando tenía aproximadamente dos meses de nacido, comenzó con tos seca y mucho moco, pero como sabíamos ya la causa, decidimos aislar toda la casa para que no fuera tan fría y cambiamos todas las ventanas por ventanas dobles. Además, no podíamos salir después de las cinco de la tarde porque el frío les afectaba demasiado.
La cuna donde duerme Luciano, por las noches la teníamos que tapar con cobijas para evitar cualquier corriente de aire frío ya que por regla general a las tres de la mañana, hora en la que se siente frío en la ciudad, nos teníamos que levantar a nebulizar a los dos niños por que empezaban con tos.
El problema fue más grave porque a Luciano, en menos de veinticuatro horas la alergia se le convertía en infección de garganta y oídos. Cada vez nos poníamos más nerviosos porque sentíamos que era mucho medicamento para un niño de cuatro meses y además Raúl faltaba mucho a la escuela en tiempo de frío porque el pobre no podía ni hablar de tanto toser. La pediatra de Luciano le solicitó una radiografía de tórax y nos comentó que ya se le veía una “manchita” en el pulmón y que posiblemente iba a ser necesario internarlo.
Pero resulta que en una reunión escuchamos que la Dra. Yolanda Villa Torres tenía un tratamiento alternativo para quitar alergias, por lo que inmediatamente nos pusimos en contacto con ella y empezamos a conocer NAET.
Fue en el mes de febrero del 2012 que nuestros hijos iniciaron el tratamiento y al hacer las pruebas de alergias efectivamente eran intolerantes al frío seco y al frío húmedo.
Estamos contentos, tenemos ocho meses de no ir a la Pediatra porque nuestros hijos no se han enfermado (solo fuimos a revisión el cuatro de julio porque Luciano cumplió un año). Hemos asistido a reuniones sobre todo en los meses de frío marzo, abril y mayo del dos mil doce, sin tener consecuencias por el hecho de estar expuestos al frio o neblina. Raúl duerme solo en su recámara y Luciano en su cuna sin tantas cobijas.
Vero y Raúl, Tijuana, Baja California