Un viaje hermoso
Mi nombre es Ma. Antonieta Reza-Garduño Ovando y tengo 51 años.
Desde que tenía 2 meses de nacida padecía de múltiples alergias a alimentos, a fragancias y a pólenes. Fui tratada con corticoides y psicoterapia.
Además tenía alergia a las sulfas y al cloranfenicol.
Mi piel era sensible, reseca y escamosa principalmente en el área del mentón y la boca, sobretodo en invierno.
Mis ojos eran sensibles a la luz, padecía de miopía y astigmatismo. Tenía un queratocono en el ojo izquierdo.
Padecía de colitis nerviosa, la cual fue tratada con antiinflamatorios
El motivo de mi consulta en el 2009 fue que tenía dolor intestinal, estreñimiento, mala digestión, cansancio y la energía baja. Los análisis de laboratorio reportaban que tenía proteus, y se había vuelto recurrente en el mes de julio en los últimos 5 años. Además había perdido peso sin estar a dieta y padecía de depresión.
Resultados después del tratamiento con NAET
Al tercer día de iniciar la terapia NAET se erradicó el proteus, el color de mi piel cambió del moreno amarillento a moreno claro. Mi ánimo mejoró y me sentí con mayor energía y vitalidad.
No estaba consciente de mi poca capacidad para inhalar y al avanzar con las sesiones me fui dando cuenta de cómo mi respiración mejoraba, podía inhalar mayor cantidad de aire y contenerlo más tiempo.
Después de que David eliminó el proteus, inicié con el protocolo NAET, resultando alérgica a muchos alimentos que consumía frecuentemente, esto me ayudó a entender porqué cuando cambié mi alimentación a vegetariana me había sentido tan mal y mi cuerpo se había descompensado: era alérgica a la mayoría de las verduras que comía y que me gustaban: jitomate, brócoli, espinacas, entre otros. También era alérgica al calcio de manera importante y a muchas vitaminas, aminoácidos y minerales.
Entonces junto con las sesiones de NAET, inicié un viaje de descubrimiento de quién realmente soy, tanto en la parte física como en la emocional, mental y espiritual.
No he sido disciplinada en seguir los protocolos como se marcan, sino que hemos ido trabajando David y yo en lo que va requiriendo mi Ser.
He tenido varias terapias para eliminar virus, parásitos y bacterias. Considero que la más importante fue la del citomegalovirus que me tomó mucho tiempo, a través de la cual experimenté no sólo cambios en mi cuerpo físico, como la desaparición parcial de un lunar muy grande que tengo en el brazo derecho (pigmentación más oscura de la piel), sino también cambios internos al ponerme en contacto conmigo misma.
La mente ha entrado varias veces para ¨querer detener¨ este proceso de auto-sanación, tratando de sabotear mi avance, sin embargo, el apoyo empático y amoroso o firme, según se necesitaba, de David, han evitado que claudique.
He trabajado también con la parte emocional, siendo la más significativa y reveladora la dedicada al Miedo. Aquí descubrí como tenía falsas creencias sobre a lo que le tenía miedo y descubrí cuáles eran realmente los miedos que no me permitían avanzar de manera fluida y optimista por la vida.
Vi claramente como había construido toda una serie de creencias y pretextos que sólo estaban en mi mente más no en mi cuerpo. Quedó más que evidente mi resistencia a cambiar, a descubrir y explorar otras formas de sentir, de vivir, de amar.
Al principio asistía con regularidad a mis terapias, sin embargo, como se fueron cayendo las capas de cebolla, empecé de manera inconsciente a espaciar mis citas con el pretexto del trabajo, el dinero, los viajes. La realidad era el MIEDO a vivir de una manera diferente, a salir de mi área de confort y monotonía.
Abandoné la terapia aproximadamente por 7 u 8 meses y este año, 2012, que regresé por unas bacterias por fin me comprometí conmigo misma a avanzar, a no claudicar en el camino de regreso a la salud y bienestar.
Esto no se dio espontáneamente, fue resultado de las terapias con NAET, de seguir el consejo de David de enfocarme en una terapia y no diversificar tanto, de comprometerme con lo que fuera, pero que me comprometiera con algo.
NAET te ayuda a cambiar tu manera equivocada de ser, trabaja a todos los niveles del Ser, (esa es mi apreciación), entonces vas cambiando sutilmente de una manera no intrusiva, sin medicinas que dañen o contaminen tu organismo. Te vas redescubriendo y redescubriendo todo lo que hay a tu alrededor.
David y NAET me han ayudado a tener más confianza en mi misma, en mis decisiones, a responsabilizarme sin culpas ni presiones de mis necesidades, de mi misma. A experimentar que sí se puede cambiar, a recuperar la alegría, la vitalidad y la energía.
Lo que más me gusta y agradezco es la facilidad con que David identifica el elemento, ya sea físico o emocional, que requiero equilibrar; el tomar consciencia de mi cuerpo, de mis emociones y pensamientos sin tener que dedicar horas de terapia y recuerdos dolorosos y el obtener los resultados de manera rápida.
Para mi NAET ha sido el aceite y el desarmador que están quitando la vieja armadura oxidada y dejando al descubierto lo que verdaderamente soy y que ¡ni idea tenía!!
Estoy muy agradecida con Dios por poner en mi camino a David. Seguramente hay otros terapeutas de NAET, sin embargo, David con su humanismo y asertividad hacen que se exponencíen los beneficios de esta terapia.
Actualmente estoy mejor oxigenada gracias a que mi respiración mejoró notablemente, mi piel es menos sensible al frío del invierno. Ya no se desescama tanto, aunque sigue teniendo tendencia a la resequedad se mantiene mejor hidratada. Puedo comer más cosas sin sentirme empachada o con dolores abdominales y ronchas. Mi energía se mantiene en mejor nivel, tengo mayor consciencia de que las situaciones que se presentan fueron creadas por mí. Estoy más consciente de mi cuerpo y mis necesidades básicas, me es más fácil seguir un plan personal.
Este viaje me parece hermoso y lo disfruto, aunque a veces sólo pueda comer plátanos y arroz para ¡pasar alguna de las alergias!!
¡Gracias David por tu amor, dedicación y profesionalismo!! Dios te siga llenando de bendiciones.
Ma. Antonieta Reza Garduño O